El proceso de fabricación del papel se inicia en el Centro de Tecnología Forestal de Sylvamo, donde se desarrollan estudios e investigaciones que incrementan la productividad y calidad de la materia prima.

El cultivo de los bosques de eucaliptos se beneficia con acciones como el mejoramiento genético y la clonación de las mejores matrices para plantación. Los plantines se plantan acorde a los criterios que garantizan mejores condiciones de desarrollo de los árboles.

Durante el periodo de crecimiento, los bosques de eucaliptos se monitorean constantemente para evitar posibles daños provocados por plagas, enfermedades o incendios forestales. Todas nuestras forestas son renovables, alineando siempre la plantación comercial a la recomposición de forestas naturales. Sin olvidarse la preservación de especies autóctonas y de la fauna silvestre de la región. Seguimos los rigurosos estándares ambientales de la norma internacional ISO 14001.

Después de siete años de cultivo, el eucalipto está listo para recogerse y utilizarse en el proceso de fabricación de papel. Nuevos plantines también se plantan y se cultivan, garantizando un ciclo de consumo cerrado, renovable y responsable en la utilización de las forestas comerciales de eucalipto.

Los troncos pasan por una gran descortezadora, donde chocan uno contra el otro y se friccionan hasta que se elimine la corteza. Cuando ya están pelados, pasan por una picadora, que los reduce a astillas de madera. Para la extracción de celulosa, se llevan los chips hasta el digestor, que funciona como una olla a presión. La madera se cocina junto a productos químicos por hasta 4 horas, hasta que se reduzca la mezcla a una pasta de celulosa de color oscuro. Se lava la celulosa para eliminar los productos químicos y pasa por un proceso de blanqueo, que elimina todas las impurezas, transformándola en celulosa blanqueada.

Se agrega agua a la celulosa en una relación de 100 porciones de agua para una porción de fibra. Se pulveriza sobre una malla formada de la hoja. Así la hoja de papel ya empieza a tener forma y gramaje, definidas a través de ajustes de velocidad y concentración de la pasta celulosa blanqueada.

Con la máquina de papel girando en alta velocidad, Chamex es presionado entre fieltros y se remueve el agua por secado a través de cilindros llamados secadores. Después del secado, se cubre el papel con almidón para mejorar las características de impresión. Luego se seca de nuevo en una nueva sesión de secadores. Enseguida atraviesa un proceso de prensado y alisado que busca alisar la superficie y controlar el grosor. El papel sigue hacia la enrolladora donde se transforma la hoja en un gran rollo de papel para la futura producción de rollos menores en las rebobinadoras, denominados bobinas.

Las bobinas siguen estándares de tamaño predeterminados, destinados a clientes gráficos, representados por la línea de papeles Chambril. Para hacer el cortado Chamex, Chamequito y otras marcas comercializadas por Sylvamo Brasil, las bobinas siguen el proceso pasando por las cortadoras, donde se transforman en hojas de papel cortado, adoptando estándares de formato y gramaje.

Las empaquetadoras se encargan de envolver el papel cortado con 100 ó 500 hojas, según la cantidad determinada por las líneas Chamex y Chamequito. Los paquetes de hojas envueltas pasan a nombrarse resmas y se agrupan en cajas con 5, 10,12 ó 50 unidades. Después de empaquetarse en cajas se encaminan a la expedición.

En la expedición, se realiza el embarque en camiones encargados del transporte de los papeles Chamex, Chamequito y Chambril a los distribuidores en todo Brasil. Los distribuidores encaminan los papeles a los puntos de venta: papelerías, librerías, supermercados, tiendas de informática, etc. En esos lugares encuentras toda la línea de papeles Chamex y Chamequito para el uso perfecto en tus actividades.